domingo, 27 de mayo de 2012

Mamá me cocina algo en la panza


Acabo de darme cuenta que mi mamá no actualiza mi blog hace muchísimo tiempo. Es que se le pasa la vida  pero aquí vengo yo de chismoso. No sé por dónde empezar. Bueno lo primero que les voy a contar es que el año pasado perdimos nuestra linda casa porque un viejo verde que se mudó al costado acosaba a mi mamá y cuando él, si ese mismo él, vino a defenderla, el carcamán sacó su pistola y se armó la de San Quintín. Por su puesto a los que acusaron de revoltosos fue a nosotros y nos echaron a la calle con todo y mi horno.


 En fin, luego de ese penoso episodio mi mamá consiguió otro cuarto del que también salió corriendo y como no quería volver donde los abuelos se fue a casa de mi Tío el Ex Religioso que ahora se llamará mi Tío el Neurasténico porque al muy chinche se le ocurrió que mis hermanitos peludos Sabana y Universo estaban pulgosos y que sus pulgas se iban a meter en las rendijas del parket, así que si nos queríamos quedar teníamos que llevarlos a vivir al Parque Kenedy. Obviamente eso no iba a pasar así que no nos quedó más remedio que volver corriendo donde los abuelitos. Como era diciembre lo tomamos como vacaciones navideñas y fue exactamente en navidad la última vez que salí del horno.

Terminadas las festividades mamá regresó a Lima y a mí me mandó a unas lindas vacaciones en la playa que costeó vendiendo marcianos de fruta. Gracias al intenso calor fue un gran negocio y aunque estaba ahorrando para una casa nueva y un mejor horno, los planes dieron un giro de 180° cuándo recibió una inesperada pero grata noticia....

A mí no me dijo nada para que termine de disfrutar del sol, pero en Marzo cuando me recogió me trajo nuevamente a casa de los abuelos y no me dijo por qué hasta que llegamos y me amasó de nuevo. Al meterme al horno me explicó que así como yo me horneaba, ahí adentro en su panza también me estaba cocinando un hermanito que se parecería más a ella que Sabana y Universo, y que yo la debía ayudar más que nunca para que no nos falte nada a ninguno.    
Yo me he puesto muy contento y por supuesto que la ayudo, él también lo hace a veces porque creo que mi hermano se le parecerá también. Ya estamos mayo y mamá ha cumplido 26 años. Dice que pronto nos mudaremos otra vez todos juntos pero que por ahora debo tener paciencia porque nos falta comprar varias cosas.    

jueves, 23 de junio de 2011

Sr. Galleta en bicicleta

Hoy mi mamá me puso sobre ruedas. Ya me había llevado en bicleta antes más no es lo mismo. Me llevaba desprotegido en una mochila y en cantidades pequeñas para pedido. Pero hoy resolvió primero, serle fiel a la idea original y no cambiar mi lindo Galleto Móvil por una insulsa canastita blanca, y luego, ademas de eso, solucionar el problema de la caminatita en el frío enfundándome en un maletín negro que hábilmente colgó de los manubrios para llevarme por delante de ella sobre la bicicleta. Ahora puede hacer sus dos cosas favoritas en el mundo, darme a la gente y pedalear sobre el viento, bueno, tiene más cosas favoritas pero dos en una no está mal ¿no?

Fue un paseo genial, nos fuimos dirigidos a la casa de mi padrino el de la Calle Neptuno y nos distrajimos con los Roots del Malecón . Ahí comenzaron a comerme y mamá aprovechó para sentarse un rato y fumar. Luego la llamaron de sorpresa a pedirle que me llevará para unos chicos que querían verme con mi linda sonrisa de chocolate y nos alejamos de nuestro destino otra vez, pero volvimos. En el camino mamá paro por un helado y se detuvo a comerlo. Luego manejo la bicicleta usandome a mi, dentro de la maleta, como manubrio, fue divertido... Finalmente llegamos a la Calle Neptuno, y ahí se quedaron todos mis Hermanos Clones, de Kiwicha con pasas bañados en chocolate y una de las que hacían ojitos para el padrino. Mamá se quedo a cotorrear un rato y se llevó ajustada su bici, por fin con grasa en la cadena. (no saben, chillaba horrible  También se llevó un “con cuidado” y regresó donde los Roots, ahí me comieron algunos más y mamá jugo con sus lomboards porque le gustan mucho y quiere una. Yo quiero que tenga, la pone contenta.

Después de mucho rato con ellos se acordó que su amigo el hobit Grano Edericko iba a visitarla en casa para llevar al resto de mis Hermanos Clones y salió volando porque seguro ya estaba afuera en el pórtico, muriendo de frío... Así fue. Pero se lo compenso con el buen viaje de la galleta sonriente que les reventó ambos cuando huían del chifa sin pagar, no pensaban hacerlo pero les salió la oportunidad de la travesura al paso y la tomaron.Igual mamá come ahí porque es lo que hay, pero esos chinos son unos malditos y déspotas estafadores. Que les den. Fue un día bueno.

jueves, 9 de junio de 2011

Mayo

Ha terminado Mayo, y ha sido un mes tan largo que aun siento sus ecos en mi Galleto Móvil roto. Les contaré:

Mamá y él (su amigo ese que siempre esta acá y del que siempre habla) comenzaron celebrando el día del trabajador con un feriado gratuito que le dejó de regalo un inesperado inquilino. "Un nuevo hijo" decían los dos, "la criatura" le decía mi mamá. Creo que más por su condición de humanoide que por una real ternura.

-Lo dejo quedarse porque es un bebé y no tiene donde ir. Yo también estaba en la calle a su edad y no es divertido.- La escuche responder a alguien que cuestionó su osadía.
- Te va a robar, te va a hacer algo. ¿Cómo vas a dormir al lado de alguien que ni conoces?.
En definitiva no faltaron los comentarios. Pero lo cierto es que salvo estorbar un poco con su depresiva y tirifílica presencia, lo único malo que hizo ademas de comerme y comerse mis ingredientes sin permiso, fue largarse sin avisar como si mi mamá no fuera a preocuparse. Pero en fin, la ropa que dejó sirvió para hacer una donación a los niños con frío.

Ahora volvamos a los primeros días del mes. Además del día del trabajo tambien fue cumpleaños de la Mamita Bisabuela, así que mamá aprovechó para presentarme oficialmente a la familia entera. Luego fue día de la madre y él vino a saludar, como nos quedamos los tres juntos ya no fuimos donde la Abuela. Nos dio pena, pero no había plata para el viaje así que solo llamamos por teléfono.

Días despues fue mamá la del onomástico y juro que la vi pasarla muy bien. Ella dice que fue su mejor cumpleaños. Son nada más y nada menos que 5 lustros los que se carga desde el 16, y de 12 a 12 estuvo acompañada. Él fue el primero en venir y el último en irse. La verdad es que los vi disforsarse un poco con todos los invitados, pero la fiesta era de los dos y lo dejaron claro. Yo serví de bocadito para los nenes (los grandesitos también me comieron) Los abuelos compraron pollo a la grasa y torta de chocolate con forma de corazón. Como la abuela es alérgica al chocolate a mamá siempre le compraban de otro sabor y ella siempre renegaba, pero esta vez no, esta vez le trajeron la que a ella le gusta y se puso feliz.




Hacia la noche llegaron mi tía Hermana Mayor y mis otros tíos los Ex religiosos con un vestido, un perfume y un algodón de azucar, el ambiente se puso medio tenso porque él no les gusta mucho, bueno, él no le gusta mucho a mucha gente, por eso le gusta a mi mamá. Finalmente llegaron mi tía la Espinosa y su hermano mi tio Corazón de león, estaban peleados con mamá porque se molestaron por una insulsa leche y se llevaron el tazón donde me amasaban antes. Mi madre se puso tan triste y molesta que no sabía como sentirse peor, pero ese día los disculpó porque los quiere y entendió que estaban estresados y ella también había cometido un error. Fue el abrazo más puro del día. Siempre lo es el del perdón.


Fuera del cumple la vida económica no estaba fácil, Tío Gusarapo (uno de los Ex religiosos) me compró muchos ingredientes un par de días antes y discutió con mamá (cosa que siempre hacen) sobre como ordenar su vida con él fuera porsupuesto. Yo escuché y me reí, eso no va a pasar, al menos no este año. Es más probable que mamá pierda hasta la casa por falta de pago a que le deje de abrir la puerta y consideré que con él solo pierde el tiempo.

-El tiempo no se pierde cuando eres feliz- dice ella. -Y el dinero que se vaya por donde vino.



Dinero... pues el resto de Mayo se trató de eso, salir y conseguir dinero, no hubieron días malos, solo días sin un sol, pero todos fueron buenos, conocimos mucha gente y paseamos por todos lados, fuimos a marchas, fiestas callejeras, la playa, el pueblo de los abuelos y ya no me acuerdo que tanto hicimos pero se que la pasamos bien y que pagamos lo que pudimos con lo poco-mucho que hicimos.


Ahora ya es Junio y aun le debemos plata a todo el mundo, la dueña de la casa ya nos dijo que nos vayamos y nos importa un rabano. Dice mamá que nos vamos a ir de viaje con una amiga que nos presentó él. La conoció porque es un coqueto le gusta molestar a mi mamá poniéndola pero no nos importa  y se la hemos quitado. Ella ha venido con su hijo el Sr. Pan desde Argentina así que nos caímos bien y decidimos ser hermanos, ya se los informamos.

Ahh! Me olvidaba... el 7 de mayo fue la M.M.M y mamá y yo ayudamos con lo que pudimos, llegamos tarde el día de la manifestación pero seguimos comprometidos con la difusión de la causa. Nuestros amigos de la Mafia Peruvian Company grabaron este vídeo ese día

sábado, 23 de abril de 2011

Living the peruvian dream


Pues no fue sino hasta que mamá decidió que me volvería tan parte de su vida que prácticamente viviría conmigo en el horno, que comenzamos a respirar este vapor del vaho que el cálido amasijo horneado de victorias y sin sabores nos dejan día con día.
 Debo comenzar contando, aunque pecaré de indiscreto, que de una manera extraña y sin que nadie realmente lo presagiara, llegaron de pronto los días en que mamá dejo de extrañarlo a él porque ya no se fue. Días de sonrisas extravagantes que a su vez se cargaban del lógico miedo a que se valla, de innumerables medidas de seguridad para preparar el vuelo y melindrosos mecanismos de defensa para evitar la caída.



Ya contamos un mes desde eso y el miedo se ha disipado. Creo que el de los dos, porque estoy seguro de que él también se moría (y se muere) de pánico. Ha venido casi todos los días y ayudó a mi mamá a sacarme del semáforo deslizando no muy sutilmente la certeza en su cerebro de que estaba atrapándose así misma en un océano de excusas para no avanzar gracias al berrinche de la depresión. 
Mi mamá quería hacerme un sticker con el diseño de la etiqueta que guardó de cuando nací. De esas que le sobraron con el antiguo numero cortaba las fotitos con mi cara para mi Galleto Móvil. Pero comenzó sin más inversión que los materiales excedentes de un primer pedido grande y un nulo capital inicial al que ya le debía, así que fiel a su estilo decidió hacer todo desde abajo y se avino primero descubrir el mercado mas sincero, el de la calle y el pueblo. Nos divertimos mucho los primeros días; llenos de esperanza, de curiosidad, de la dulce sensación de creer que hacíamos algo bueno, del orgullo que uno siente al ver que camina incluso por encima de sus propios complejos y prejuicios, nos acercamos a las ventanas de los carros una y otra vez recibiendo tantas monedas como golpes de indiferencia y ventanazos en las narices. Aun así seguimos con empuje durante 2 semanas. Mamá me hacia con sabor a maca, me dividía en 40 porciones de 30 gramos por receta, y luego de meterme al horno me empacaba y salia a venderme por 50 céntimos a los taxistas en los semáforos, a los transeúntes que me miraban, a la gente en el barrio, a las baterías para que lo lancen y a los pareceros del Puente de los Suspiros para conversar un rato. Todo fue feliz y buena honda mientras era suficiente con tener para comer sin mirarle la cara a nadie, mas pisando ya la tercera semana mamá comenzó a sentirse estresada.





Consciente de que aveces no me ofrecía a los transeúntes por pudor y temor a que desnuden su dolor ante el rechazo, que los ecos de su soledad la hacían sentir desamparada, desprotegida y huérfana, y de que todos los “no”, los “todavía”, “otro día”; las muecas de asco, los silencios, las subidas de ventana y la cercanía de la fecha de pagos la abrumaban y hacían tambalear los cimientos de su fuerza, comencé también a ponerme triste y angustiado. Salí un par de veces deforme y otras tres más un poco seco, mis bolsas se chamuscaron y mi horno se malogró.

Para entonces él se había comenzado a quedar, a estar cerca, a venir a casa más tiempo del habitual y mirarme con toda su locuaz creatividad. Había encontrado también los restos de recorte de mi etiqueta antigua...

- ¿Y esto? ¿Por qué no se lo pones? Estás perdiendo un culo de plata, loca. Solo por no poner publicidad alucina... Y vendelas a un sol, camina un poco más hasta Miraflores. Cambia de gente no seas huevona.

- Ah ¿eso? Es que ya no tengo más, y le tengo que cambiar el numero y pucha... no me he dado el tiempo de ir al centro a ver cuanto cuesta hacer planchas de stickers y...

- ¡Y! ¡Y!... y sácale fotocopia cojuda. Dices que la tienes hecha ¿no?...

- Pero me va a salir muy caro imprimir, y las copias, y cortar y mucha cosa... y, y, y...

...Y nada, el escucharse así misma tan absurda la hizo callar ¿cómo podía haber dilatado tanto tiempo una cuestión tan básica? Su amigo la había hecho sentir realmente tan palurda que no pasó una hora antes de que se sentará en una cabina de Internet para imprimir mis etiquetas. Entonces me preparó para cambiar de publico objetivo. Me hizo de avena para poder tener un punto de referencia con el Cookie factory (es más fácil vender si te presentas como la competencia de algo), aumento mi medida a 50 gramos para venderme a un sol , y la excusa principal para no etiquetarme sin un esticker la solucionó poniéndome doble empaque para que el papel no me rozara y me hiciera anti higiénico. Al día siguiente él vino temprano a fumar con mi mamá para luego irse a trabajar, entonces salieron juntos hacia Miraflores y caminaron perdinedose conmigo aun encerrado en el Galleto Móvil, cuando encontró el primer lugar donde entrar a hablar de la marca que representa le planteó a mi mamá un juego...

- A ver en cuánto tiempo las vendes. Vamos a ver cuanto nos demoramos cada uno. ¡Te apuesto que las desapareces en menos de una hora! Cuando termines me llamas.

... No paso ni media. Otro soplo de buen animo se movió en su interior. Entre lo mucho que le gusta salir a jugar con él y las monedas que caían esta vez de sol en sol haciendo una cuantiosa diferencia, no le cabía la sonrisa . Desde ese día todos han sido más o menos así. Mamá me mete al horno aunque aun está malogrado, él viene en las mañanas, aveces en las tardes y por la noche se encuentran regresando de la caminata. Mamá está feliz y ya no tan confundida con respecto a que significa cada uno en la vida del otro... Son amigos, ahora de tiempo completo y eso le parece más grande e importante que la falta de título para un cariño latente.



A mi me parece bien. Yo lo único que quiero es que mi mamá siga contenta y que él siga siendo esa vocesita en su oído susurrándole ¡atrévete!. Después de todo es gracias a esa voz que les puedo escribir. De él nació el “nada te cuesta intentarlo” que motivó la llamada a Telefónica para que le colocaran el Internet


El domingo pasado me llevaron juntos al Hippy Sunday,  y hoy mi mamá me llevará a su antigua oficina. Es más, es hora de que la deje salir o volverá a llegar tarde como cuando trabajaba ahí. Claro que ahora que es independiente le importa un comino (bueno, también en esa época jijiji )Igual  las demoras y molestias siempre han sido todas por una buena causa; echar a andar y ver crecer el concepto del Peruvian Dream: NeGoCiO pRoPiO.

                 


martes, 22 de marzo de 2011

Pago a La Tierra


Mi Galleto Móvil se rompió. Tiene un quiñe en un lado de la base pero no estoy triste. Lo que pasa es que lo usaron para hacer fuego, y yo paso de masa a galleta gracias a ese importante elemento, así que me siento orgulloso de haber participado en la ardua labor de mantenerlo vivo.


La pregunta es qué hacía yo ayudando a encender una fogata de una manera tan rustica. Les contaré:
Mi mamá ama la luna, casi tanto o más que al sol, siente que parte de su energía viene de ella y siempre anda muy pendiente de sus ciclos y de esas cosas astronómicas. Otro dato que debo brindarles es que no cree en dios, al menos no de una manera tradicional. Ella cree que la religión se basa en una instintiva necesidad del hombre por religarse con el universo y la energía que de él se desprende, (de ahí que haya sido tan fácil manipularnos por siglos con creencias absurdas que han avalado la esclavitud y la muerte en el nombre de un señor que nadie sabe donde está.) Pues bien, como ella tampoco sabe y cree tener derecho a elegir en que cree, decidió redirigir su fe hacia la tierra y hacia un trabajo constante por mantenerse en armonía con ella. Aun come carne aveces por que le parece muy rica, y por que no está muy segura de que la naturaleza del hombre sea vegetariana sino más bien carroñera. En fin, fue hurgando entre el mundo de los veganos que encontró la información de un picnic vegetariano que se realizaría en el mismo parque donde un año antes había participado de una manifestación por la legalización de la marihuana. Como el asunto coincidía con el equinoccio de verano y la luna menguaría en su primer día tras el plenilunio de marzo, mamá lo consideró el día perfecto para llevarme a hacer un pago a la tierra y ofrecerme al sol mientras se ocultaba en el mar. Me preparó en diferentes sabores y en una cantidad que superaba por mucho su nivel de producción normal, me empacó delicadamente y redecoró el Galleto Móvil para la ocasión. El problema es que nos demoramos mucho porque mi hermano el gatito Universo sufrió un misterioso accidente hace un par de semanas en el que se rompió la pata, y ahora carga un aparato ortopédico del cual comenzó a brotar una aguija que temíamos fuera una infección. Mamá Lo curó, acondicionó la habitación para que no haga muchas travesuras y volvió a ocuparse de mi y nuestro ritual de agradecimiento.

Como fuimos caminando Llegamos tarde, el picnic se había acabado, pero la toca de tambores aun no comenzaba así que nos quedamos. Al rato comenzaron a comprarme. Se nos acerco un hombre adulto de una inocencia extraña e hizo varias preguntas que mamá contestó con el poco alcance de su conocimiento al respecto. El lugar tenía muy buena energía. Cuando comenzaron los tambores no pudo evitarlo, su cuerpo empezó a moverse deseoso de bailar pero aun tenía que atenderme. Bailo sentada, en cuclillas y arrodillada, finalmente quiso orinar, me dejó encargado un momento y bajó a improvisar un baño con una muchacha como de su edad que lucia un rostro dulce y amable. Cuando regresó ya no pudo evitar la danza, se agachaba solo para venderme y pronto llegó la hora del sunset así que bailó sola primero para limpiarse y luego me cargó para acercarme al acantilado y ofrecerme al mar y al sol como había esperado. Llovía y hubo un arco iris, fue un espectáculo hermoso. 



Mamá siguió bailando hasta que pudo ver la luna y algunas estrellas, luego fue por unos cigarros y el camino me compraron. Al volver la lluvia seguía y aun así trataban de encender una fogata. Mamá recordó que no seriamos nada sin el fuego y decidió ayudar a avivar las brazas, primero me colocó a mi entre las pequeñas llamas y deseo que nunca se acabe ni la kiwicha, ni la maca, tampoco la hoja de coca, ni el canabis, ni la kañiwa, ni la quinua, ni la avena, y que cese para siempre el maltrato a los agricultores. Luego, ante semejante pedido y al ver que no lograba arder el fuego, comenzó a usar la base del Galleto Móvil como atizador y así fue como se quebró, pero no importa, lo genial es que el lugar ardió con la energía de la gente y todos bailaron al ritmo del fuego y los tambores. 

Pueden preguntarle al dios en el que crean si no estaba ahí. Yo estoy seguro de que sí. Seguro de que nos acompaña y que nos acompaño ese día, porque pueden decir lo que quieran de estos chicos... que son “fumones”, “pastrulos” y “hippies locos” que no van a misa, pero jamas podrán decir que no son libres y coherentes con lo que sienten, y menos podrán negar que es con esa libertad con la que se montan un gran ritual de buenas vibras.



Paz
Amor
y Galletas para todos ;)

miércoles, 16 de marzo de 2011

Un sueño por recuperar

No lo puedo creer, después de casi medio año de sentir que por una cosa u otra había pasado a ser solo otro sueño por recuperar, caigo por fin en la cuenta de que nunca llegué a serlo, mamá siempre me tuvo aquí dando vueltas en su mente como una esperada realidad a la que por fin puede brindarle todo su impulso creativo. Se siente tan bien saber que soy en lo que más piensa, a lo que más se dedica y con quien más se sueña a futuro como compañía. Se que me piensa incluso más que a él aunque disfruta saber que le gusto.

En realidad le gusto a todo el mundo y a mi mamá le cuesta mucho no comerme. Sé que hace mucho no escribe aquí en mi página, pero ya no me molesta por que fuera de la red esta 100% dedicada a mí. Va al mercado casi todos los días por mis ingredientes y me mete al horno todas las tardes. Hace no mucho me fui a inaugurar un colegio en Lurín y he sido regalo de muchos niños. Ayer me fui a la playa y baile al ritmo de unos parceros y sus tambores en la Bajada de los baños. Además todos los días salgo en mi Galleto Móvil (como lo bautizo mi padrino) y no me voy del semáforo hasta que me vendo toditito.




Claro que por Facebook también me infiltró. Hoy mamá me presento ante una antigua compañera de trabajo por medio de un inbox. Aquí se los muestro porque me gusto mucho. Ya no les distraigo más porque ya es hora de entrar al horno.



Fiorella García
 
16 de marzo a las 11:31
A ver amiga, te cuento... como los curas malditos no me dejaron terminar la universidad por falta de pago y estoy harta de trabajar para otros por miserias por falta de título, he decido emprender el muy peruano sueño del negocio propio con mis ricas galletitas.


Este es su blog: http://srgalletaenlaciudad.blogspot.com/, este su Twiter: @Sr.Galleta y este su link en el FB: http://www.facebook.com/pages/Sr-Galleta/122991494380861...


Ahora bien, los precios, tamaños y sabores son los siguientes:


- 30 gramos (Más conocidas como Sr.Galleta de china)


Vienen en sabores de Maca, Kiwicha o Kañiwa con pasas o chocolate. Delivery a partir de 20.


- 50 gramos... es el Sr. Galleta solar (osea, cuesta una luca)


Sabores: Maca, Kiwicha, Kañiwa (con pasas o chocolate) o Coco con maní.


Delivery a partir de 10.


- 100 gramos o Sr. Galleta especial.


Su precio es de 2 soles en los sabores arriba mencionados (maca, kiwicha, kañiwa y coco) de 2.50 en la especialidad de la casa Chocolate Chips y Pecanas o Hoja de Coca con pasas, pecanas o chocolate y 5 soles en su versión magic o Sr. Galleta Feliz  ;)


Delivery a partir de 5


Todo pedido tendrá un costo adicional de 2 soles por gastos de envío ;)


PD. También me encuentras en los semáforos de Barranco con el Galleto móvil


Un besote.


Fiore



miércoles, 7 de julio de 2010

Super Poderes disminuidos por Super Enfermedades

Parece que el adiós que intuía en sus miradas el lunes pasado solo estaba en mi cabeza, o la de mi mamá, tal vez en la de él también, (aunque en su cabeza nunca se puede saber que hay, en la de mi mamá tampoco) en todo caso de las cabezas no pasó


Fue una semana pesada, el asma de mamá estaba cada vez peor y tuvo que buscar un lugar donde la atendieran.

— ¿Por qué no lo llama? —Me pregunté la última noche que la vi dejar de respirar más de medio minuto entre espasmo y espasmo. 

Supongo que lo último que quiere es hacerle saber que realmente no se siente tan bien sola. Después de todo sola, sola no está; por allá, lejos del mar, tiene una familia y lo mejor era buscarla. 

Llego conmigo en brazos y el rostro maltrecho, la tía abuela se preocupó y mando a llamar al ama cuzqueña quien de inmediato saco de la manga una de sus recetas ancestrales basada en grasa de gallina y leche caliente con ajos y cebollas.
No creo que haya sido agradable pero peor es no poder respirar. Tras esa “sabrosa”  noche se sintió mejor, de todas maneras no se atrevía a estar sola aun, así que le avisó a su hermano mayor que lo invadiría para dormir y la pudieran vigilar por si le faltaba el aire.
Me llevó, claro, fue con Sabana también. El jueves no quiso ir a trabajar. Durmió todo el día y se olvido de mí por completo. Por cierto, descubrió lo mala que es la televisión nacional.

           
Entre esos pesares llego el viernes y una llamada al amanecer que yo sabía esperaba con ansias. Era él, nos recogió y nos acompaño a casa. Conversaron, fumaron, rieron y salieron cada uno hacia su trabajo como si no dejaran de verse nunca. Yo me quedè esperando. Viendo desde la mesa, disgregado aun sin poder saber en que momento volvería mamá a acariciarme para tornarme masa. Supuse que tendría que esperar otra vez hasta el domingo y recé porque el fin de semana fuera bueno y mamá lo acabará con ganas de meterme al horno.
                                                                                                                                                                


Rezar no cayó nada mal. El abuelo visitó a mamá en su trabajo para llevarla a almorzar y eso la puso contenta. A él tampoco le dice nunca que no se está tan bien sola. Luego en la noche tuvo otra sorpresa. Su otro hermano, el segundo, apareció de la nada en su camino junto a su linda dama gitana y uno que otro personaje de circo que acompañaron los ahora lejanos años universitarios. Los trajo a casa e hicieron una pequeña fiesta, todos me prestaron atención, vieron mi cocina y se alborotaron probando mis ingredientes. Me invitaron a ir a su escuela de teatro y mamá no cabía en si. De hecho vamos a ir los dos, yo a alimentar gente y ella actuar otra vez.

 A las tres de la mañana todos se fueron y a las 7 estaba él en la ventana otra vez. Mamá presintió problemas, mi tía se había quedado a dormir y no se llevan muy bien pero nada paso a mayores. Mamá se fue a trabajar y él se quedó cuidándome (normalmente no trabaja sábados pero esto era como un favor a cambio de todos los que mi padrino le hace). Lo miré con recelo todo el tiempo. No tenía porque confiar en él. No había hecho nada que me hiciera estar seguro de que realmente le importamos y sé que mamá a veces duda también. Decidí observar. Los vi divertirse mucho juntos todo el sábado. Salieron un par de veces y regresaron aun más contentos. Hasta ahí no veía nada especial, estoy seguro que hay muchos chicos dispuestos a divertirse igual con mamá. Lo que cambió el asunto fue lo que paso después.

Las horas se hicieron largas pero el domingo llego. Mamá despertó a su lado y sonrió, se paró y me sacó de la mesa para mezclarme en mi bol, entonces él despertó también y prestó mucha atención, después de un par de explicaciones me estaban preparando los dos. Se les veía contentos y yo nunca he dado vueltas de cuchara tan feliz…aunque aun no hay en esto nada de especial. Lo que terminó de esfumar mis dudas fue algo que pasó un rato después. No sé y creo que ellos tampoco saben por qué, pero mamá de pronto se puso muy mal, la atacó una migraña terrible y todo en dos segundos se transformó. Su cara se puso verde, sus labios azules y no paraba de vomitar y de luchar por respirar. Él se quedó a su lado, nunca hizo un gesto de asco ante el vomito que lo mancho más de una vez e incluso lo revisó para indagar. (Demasiados medicamentos para una sola semana,y parece que por dentro, mamá es un poco delicada) Controló su angustia ante semejante episodio y lo único que procuró fue hacer que ella se relaje. No le reprochó los momentos en los que abatida por su escudo de soberbia, de pronto cesaba de dejarse atender y lo echaba de su lado. La abrigó, la arrulló, la arropó, le cocinó ligero para que se recomponga y la contempló compasivo durante todas las horas que duro la crisis. En la noche, cuando la vio despertar y sentirse mejor, me llevó a la cama y me pesaron juntos. Luego fueron a pasear para descargar el ambiente de la casa y regresaron a dormir los dos con mejor semblante.



Hoy en la mañana me pusieron a hornear. Luego cada uno volvió a lo suyo. Esta vez se despidieron con menos angustia en la mirada. Mamá se quedó bastante tranquila y a mí él ya no me cae tan mal.
Con todo el alboroto no noté que tengo un nuevo sabor: Maca con chocochips, parece que gusto bastante porque mi caja a queda vacía  muy rapido. Felizmente aun me falta meterme al horno un par de veces más.